Hace poco más de un año que Ghost of Tsushima, el excelente título del estudio Sucker Punch y PlayStation, salió a la venta para convertirse en un nuevo techo técnico en la anterior consola de la compañía japonesa. Un juego con una increíble trama, la cual nos relata todo lo que debe hacer un samurai, quien debe dejar todo lo aprendido para hacer frente a la invasión mongola.
Un título que para muchos fue lo mejor del año pasado y de los mejores del género ‘sandbox’; pero ahora, y luego de haberse anunciado su nueva versión, la cual ofrece además una expansión, Ghost of Tsushima Director’s Cut, debo decir que el espíritu del ‘fantasma’ sigue vigente. Pero, ¿realmente vale la pena esta nueva aventura en la isla de Iki?.
La versión de PlaySation 4 ya era espectacular, pero ahora con una nueva generación se puede obtener una mejor resolución. Así es, mejores detalles de todo, entornos, rostros y objetos. Los campos pueden llegar a verse como tomas fotográficas, y el ‘Modo Foto’ será algo que se usará más de una vez. Y por otro lado, los tiempos de carga en PlayStation 5 se reducen a casi dos segundos, se ha mejorado en la sincronización labial en las escenas cinemáticas y el poder contar ahora con la posibilidad de repetir duelos o eventos será un detalle para quienes buscan volver a repetir esos momentos para el recuerdo. Estas son solo algunas de sus mejoras con las que cuenta esta edición definitiva.
La isla de Iki es el motivo perfecto para adquirir esta edición Ghost of Tsushima Director’s Cut. Este lugar, al sureste de Tsushima, ha sido invadido por los mongoles, solo que a diferencia de los que ya conocimos en el juego base estos son liderados por un misterioso personaje de nombre ‘El Águila’, una especie de chamán el cual logra someter y enloquecer a sus enemigos. Es por esto que ‘Jin’ decide ir a la isla y así evitar que este sea un nuevo peligro para su pueblo, aunque para su desgracia la isla de Iki es un lugar que conoce muy bien, esto debido a que hechos pasados, y traumáticos, conectan a su pasado y al de su familia, el ‘Clan Sakai’, por lo que esta nueva aventura es en realidad un viaje de redención y expiación.
Entre las novedades, las cuales hay y en gran cantidad, creo que lo más llamativo es ahora nuestro nexo con nuestro caballo, ya que ahora pasará de ser solo un acompañante y medio de transporte a un elemento importante para nuestra aventura y el combate, esto gracias a la ‘Carga Equina’, acción con la que literalmente arrasaremos con grupos de enemigos que estén en nuestro camino, pero en especial a los chamanes, nuevos adversarios los cuales si bien están replegados realizan un tipo de cánticos mediante el cual sus alidos entran en trance y elevan su nivel de combate, volviéndolos más peligrosos.
Pero esto no es todo a lo que deberemos tener presente, ya que la isla de Iki ofrece lugares no visitados anteriormente, como los santuarios de animales con los que deberemos entrar en armonía gracias a un pequeño minijuego usando la flauta y moviendo el control de PS4 o haciendo uso del giroscopio del ‘Dualsense’, control de PS5. Y como plus a esto, se ha añadido un nuevo uso a nuestro gancho para poder acceder a lugares inaccesibles o derribar barreras.
Ahora bien, dentro del apartado de rol, este se ha expandido un poco ya que ahora tendremos la posibilidad de poder decidir si afrontar ciertas situaciones con la espada o evitar combates, esto con la finalidad de poder evitar enfrentamientos de forma pacífica gracias al sistema de elecciones conversacionales. Fuera de esto, tendremos misiones secundarias, santuarios y relatos místicos.
En definitiva, Ghost of Tsushima Director’s Cut es la versión definitiva de la obra maestra que disfrutamos el año pasado. La aventura de ‘Jin Sakai’ y su camino a la redención atrapará a todo el lo juegue, ahora en la isla de Iki, la cual llevará terminarla unas doce horas aproximadamente, esto fuera de las 55 del título base, por lo que tendremos un largo camino por explorar, así que si ya lo jugaste o si estás pensando en jugarlo por vez primera, esta es la edición es una compra obligada e imprescindible, ya sea para comenzar o continuar en el sendero ‘fantasma’.