En un futuro donde el cambio climático hace mella en la tierra, el hielo de la Antártida sufre cambios radicales destapando un virus gigante, el Pandoravirus, que comienza a asolar el planeta. Una extraña niebla se extiende por todo el globo afectando a la población, cambiándoles… mutándoles. Una antigua organización, caída en desgracia en el pasado y relegada a la clandestinidad, deberá hacer frente a la amenaza y liderar la lucha contra el Pandoravirus y las criaturas que intentan acabar con la humanidad. Nosotros dirigiremos a esa organización. Nosotros tendremos el control del Proyecto Phoenix.
Cuando en 1993 Julian Gollop nos trajo el mítico X-COM: UFO Defense, supuso prácticamente el nacimiento de un género. En aquella época ya existían juegos de estrategia, también existían los juegos por turnos, de hecho incluso X-COM era sucesor de Laser Squad, un juego de 1988 desarrollado anteriormente por Gollop y su estudio Mythos Games. Pero la forma en que X-COM nos ponía a los mandos de un pelotón de soldados que debían librar sus combates por turnos, era una nueva visión de afrontar la estrategia en los videojuegos que llegarían para quedarse.
Los últimos representantes de la saga, XCOM: Enemy Unknown (2012) y XCOM 2 (2016), afianzaron el género y lo pusieron en manos del público más generalista, haciendo que muchos otros juegos adoptaran una visión de juego similar.
Cuando en 2016 el propio Julian Gollop anunció que comenzaba el desarrollo de un sucesor espiritual de X-COM con su nuevo estudio Snapshot Games, los fans de la saga comenzamos a soñar. Empezó como un proyecto pequeño, con apenas ocho desarrolladores trabajando en él y haciendo uso del micromecenazgo para poder sacar el proyecto adelante. Pero dada la buena aceptación que tuvo el anuncio, el desarrollo creció para convertirse en algo más grande y terminar convirtiéndose en un juego más completo.
En Phoenix Point nos tocará enfrentarnos a una invasión de criaturas creadas o dominadas por el Pandoravirus, un virus aparecido cuando el permafrost antártico empieza a derretirse a causa del cambio climático. Dicho virus extiende una mutagénica niebla por la faz terrestre que viene seguida por los pandorianos, criaturas extrañas que buscan acabar con toda forma de vida distinta a ellos. Nosotros comandaremos un grupo de soldados que pretenden reactivar el antiguo Proyecto Phoenix que debía haber sido la punta de lanza contra el Pandoravirus… pero debemos partir de cero.
Como sinopsis, a priori, puede parecer excesivamente genérica y simple. Pero la narración de la historia, mediante cinemáticas de dibujos estáticos con voces en inglés y textos en castellano, tiene el suficiente enganche para que queramos avanzar y ver los distintos giros que nos presentará en la trama. Sin duda, la historia termina siendo mucho más interesante de lo que su argumento inicial nos deja entrever.
Y uno de los motivos que hace que la historia sea tan rica, es que no solo tendremos que preocuparnos por los pandorianos. Como miembros del Proyecto Phoenix nos encontraremos en un mundo arrasado donde tres facciones, muy diferentes entre sí, intentan sobrevivir. Esas tres facciones afrontan la plaga y se enfrentan a los pandorianos y al virus de maneras muy distintas. De modo que tendremos que preocuparnos por las relaciones que tengamos con dichas facciones… y por las relaciones que mantienen entre sí, ya que no se llevan tan bien como sería deseable.
Una buena parte del tiempo que estemos jugando, lo pasaremos en el Geoscape. Un mapa del globo terráqueo tridimensional con la localización de nuestras bases, el avance de la niebla, y distintos puntos de interés, además de las bases de las otras facciones que se nos hayan revelado. Desde este mapa, podremos acceder a todos los menús de gestión, tanto de las bases como de nuestros soldados, naves, investigaciones, fabricación de armas, armaduras, objetos y relaciones con las demás facciones. Un enorme glosario de todo lo que vamos descubriendo. Por supuesto, usaremos este mapa para hacer los desplazamientos de nuestras tropas.
Todo este entorno funciona de manera fluida con cambios muy rápidos entre los menús sin tiempos de carga. Su aspecto visual es duro y rígido. Un aspecto buscado para dar la apariencia de vista infográfica postapocalíptica. Su hubiesen agradecido unas transiciones más suaves entre los menús y un aspecto menos anguloso.
El resto del tiempo lo pasaremos en las batallas sobre el terreno. Aquí es donde más se puede apreciar la condición indie del juego. Los únicos tiempos de carga se dan en los cambios entre la Geovista y el terreno de combate y no son excesivos.
Tras la última actualización, el juego ha mejorado su framerate haciendo que los movimientos sean fluidos y no haya caídas al ejecutar los ataques de cada soldado. Ahora tenemos 60 fps estables en 1080p, tanto en el desplazamiento por el mapa, como en el movimiento de las tropas. En resoluciones de 4K el rendimiento es prácticamente idéntico y ofrece igualmente una experiencia de juego muy sólida.
Si algo se puede criticar es la cámara. Al subir y bajar el plano de acción, aparecen y desaparecen las distintas alturas de las construcciones y edificios para poder maniobrar en interiores. Ese hecho hace que, en ocasiones, nos podamos despistar y no contemos con las distintas alturas a la hora de realizar lanzamientos o buscar enemigos. Son situaciones a las que nos acostumbraremos cuando llevemos varias horas de juego, pero sería necesario un indicador visual de las alturas del terreno y en cuál de ellas está la cámara.
Otra falta que se puede achacar en este apartado, es cierta escasez de entornos en los que combatir. Es cierto que estamos en un yermo postapocalíptico, pero se agradecería más variedad de entornos con distintos cambios climáticos. Si nos centramos más en los combates que en la gestión, se puede llegar a hacer monótono.
En el apartado sonoro podríamos recalcar las narraciones de la historia, con voces en inglés, que transmiten de forma muy certera las sensaciones que nos quieren hacer llegar. La música siempre se mantiene en un segundo plano, sin tomar relevancia en ningún momento, pero transmitiendo la tensión y la amenaza cuando estamos en el campo de batalla. Los sonidos de las armas tienen fuerza, pero quizá se agradecería más variedad de sonidos de impacto con distintas superficies.
El género de juego táctico por turnos con sistema de gestión y alianzas ya es un nicho en sí mismo.
Si te gustan los juegos como XCOM: Enemy Unknown, sin duda el juego te encantará. Tiene mucha profundidad. El sistema táctico es soberbio, con multitud de capas durante el combate. Y el sistema de gestión y alianzas es complejo y con muchas posibilidades. Los DLC le añaden bastante contenido y además es un juego que continuará actualizándose.
Si no te gustó XCOM… no te molestes en intentarlo con este. Tiene suficientes capas añadidas como para darle un toque diferente, pero no será suficiente para hacerte cambiar de idea.
Si no conoces el género, Phoenix Point es un juego con una curva de aprendizaje difícil. Los conceptos que nos cuentan no son complejos, pero son muchas cosas de las que hay que estar pendiente, sobre todo en el ámbito de la gestión. Los recursos son difíciles de conseguir y se agotan rápido. Las relaciones entre alianzas difícilmente irán por donde tú quieres con facilidad.
Es un juego exigente, pero muy gratificante cuando consigues ciertos logros. Hay batallas que son absolutamente épicas y que requerirán de muy buena habilidad táctica para superarlas. Por otro lado, la poca variedad de entornos y enemigos, puede hacer que las sesiones de juego largas se hagan un poco monótonas.
Estamos hablando de un juego que se podría terminar en unas 35 o 40 horas pero que, a nada que te dediques a explorar y recrearte con batallas secundarias, puedes llegar a las 90 o 100 horas con facilidad.
En definitiva, estamos ante un juego sobresaliente que ha sabido mezclar los orígenes del género con la evolución perfecta que tuvimos en XCOM y XCOM 2, añadiendo los suficientes detalles de personalidad para convertirlo en un exponente relevante en su categoría.