Prácticamente un año después del lanzamiento de Final Fantasy VII Remake llega su versión Intergrade para la nueva generación en PlayStation 5, cargada de mejoras gráficas y de rendimiento para hacernos sentir que la aventura de Cloud y compañía es un producto digno de la consola de Sony.
Final Fantasy VII Remake Intergrade llega a PS5 con dos modos gráficos. Gráficos se centra en ofrecernos resolución a 4K a 30 fotogramas por segundo. En el modo Rendimiento la resolución se queda en los 1620p y la tasa de fotogramas alcanza los 60 cuadros por segundo. No nos cansaremos de decirlo, nuestra elección siempre será priorizar los 60fps. En cualquiera de los dos modos se notan mejoras de otro tipo, como una iluminación bastante más realista, el uso de nieblas volumétricas o mejoras en el sombreado.
Además, por fin podemos disfrutar de las texturas (las de las puertas fueron las más famosas, pero había muchas más) que no se cargaban en la versión original de PS4. Otro cambio sustancial son los tiempos de carga, que pasan de los más de 30 segundos del juego de PS4 a un par de segundos en esta versión de nueva generación. También se ha reducido mucho el popping que hacía que algunos objetos del escenario apareciesen de forma abrupta. Y luego hay un cambio menor, pero que personalmente también me parece reseñable: hay más personajes en los escenarios y, sobre todo, los modelos no se repiten de forma ridícula como pasaba en PS4, donde nos podíamos encontrar varias veces con el mismo personaje en apenas 10 metros.
Por lo demás, estamos ante el mismo juegazo de 2020, uno de los mejores remakes que hemos podido echarnos a la cara en mucho tiempo. Resulta extrañamente complicado activar la actualización de PS5 y transferir nuestras partidas, algo que no acabamos de entender puesto que los usuarios de PS Plus las tenemos guardadas en la nube. Otra japonesada que añadir a la lista de prácticas incomprensibles del desarrollo nipón. Por suerte, el nuevo episodio protagonizado por Yuffie se puede jugar de forma independiente, así que no tenemos que liarnos demasiado si queremos empezar directamente con este DLC.
Si bien Remake ya tiene suficientes novedades de jugabilidad que lo hacen tan complejo como disfrutable, INTERmission se da el lujo de incorporar más cualidades de combate para mantener vivo nuestro interés, la mayoría girando en torno del Shuriken de Yuffie. No sólo podemos usar su arma para interactuar con los entornos por fuera de la batalla, rompiendo cadenas, sogas o cajas; cuando luchamos, resulta ser un elemento de suma utilidad: podemos arrojarlo a modo de agarre para impulsarnos directamente al lado del enemigo seleccionado, o podemos utilizarlo como vínculo que nos permita pegarle a distancia, combinado con habilidades como el Justu elemental para imbuir nuestros ataques con la debilidad de los monstruos, una fiesta de daño.
También contamos con la ayuda de Sonon, compatriota de Wutai y ayudante de Yuffie. Si bien este no es un personaje jugable como podía pasar con Tifa, Barret y Aerith, se nos permite activar sus poderes una vez llena la barra de ATB y adicionalmente tenemos la posibilidad de combinar ataques con Yuffie, lo cual incrementa el daño total y contribuye a la carga de barras a mayor velocidad.
El personaje de Yuffie Kisaragi nos ha encantado, la verdad. Su estilo de combate es muy versátil. Podemos utilizar nuestro shuriken gigante para golpear los enemigos cuerpo a cuerpo utilizando varias habilidades especiales en el camino, pero también podemos lanzarlo hacia nuestros rivales y activar una especie de técnica ninja que lo deja suspendido en el aire golpeando constantemente con distintas magias elementales. Elementos que, además, podemos ir cambiando para encontrar la debilidad de cada enemigo. Luego tenemos nuevas armas con habilidades únicas, como una evasión ninja que evita los golpes de nuestros adversarios y nos rellena una barra BTC al mismo tiempo, pero no queremos contaros más para no destripar todas las sorpresas.
El mini juego del Fuerte Cóndor, una especie de Tower Defense de estrategia en el que tenemos que colocar a distintas unidades para luchar contra el ejército rival y destruir sus tres bases. Al final, todo se resume en un clásico piedra-papel-tijera en el que cada uno de los tipos de unidades: a distancia, melé y de apoyo, resiste o hace más daño a una de las otras. Por ejemplo, las unidades de apoyo despachan fácilmente a las melé, pero son vulnerables a las que atacan a distancia. Nos ha recordado bastante al mítico juego de cartas de Final Fantasy VIII, ya que debemos ir retando a distintos personajes secundarios que nos vamos encontrando por los escenarios para obtener nuevos personajes que utilizar en batalla.
Nuestra heroína está acompañada durante buena parte de la aventura por Sonon, un nuevo personaje que no controlamos, pero que se complementa bastante bien con Yuffie. Podemos escoger sus acciones BTC en el menú o escoger que copie el estilo de lucha que estemos practicando con nuestra protagonista. El sistema funciona, pero nos quedamos de lejos con la primera opción.
Para ir concluyendo esta review, en resumidas cuentas, todo lo que cubre tanto la actualización para PlayStation 5 como el contenido del DLC son brillantes y vale la pena experimentarlos. Por supuesto que si te gustó Remake, le vas a sentir gusto a poco, pero no viene para nada mal tener otra excusa para volver a experimentarlo con mejores gráficos mientras esperamos la salida de la parte 2.
Tampoco podemos finalizar este análisis sin mencionar que el DLC solo esté disponible para PlayStation 5, siendo un tema tremendamente criticable ya que existen muchos usuarios que se ha comprado Remake para PS4 y ahora no puede disfrutar el DLC por este motivo, al menos a día de hoy.
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