Tras la larga espera finalmente Assassin’s Creed: Valhalla está disponible en PS4, entrega en la cual Ubisoft agrega un nuevo capítulo con una ambientación hermosa que luce de maravilla tomando como locación principal los lindos prados de los cuatro grandes reinos sajones: Wessex, Northumbria, Mercia, y Anglia Oriental. También podremos pasearnos por las frías regiones escandinavas, pero la mayor parte de la trama de desenvuelve en la isla inglesa.
Quienes vengan de jugar Origins, o Odyssey, verán que la jugabilidad es idéntica, con un enfoque más en la acción de combates cuerpo a cuerpo que en el sigilo, esto abre la IP un poquito más para un público menos fanático, dando el chance a quienes llegan por primera vez a los Assassin’s Creed, de encontrar una aventura un tanto más abierta en cuanto a posibilidades jugables. Esto no quiere decir que no tendremos situaciones donde la cautela y el acecho sean parte principal de las misiones. Ubisoft logra un balance perfecto para quienes prefieren usar el stealth, y para los que queremos tener un acercamiento más dinámico lleno de acción usando la fuerza.
En Valhalla, tomamos el rol de Eivor, hermano del hijo de un hombre muy importante en Escandinavia. Cuando el prólogo finaliza, se puede elegir entre ser hombre o mujer, si queremos podemos cambiar un poquito el aspecto, con peinados, tatuajes, barba, y listo -el juego es muy limitado en ese sentido.
Sin embargo, pelear no será lo único que haremos, parte del sueño vikingo de Ragnar y muchos de sus hermanos nórdicos fue conocer nuevas tierras para asentarse y empezar nuevas vidas en otros países. Este mismo futuro es visualizado por Sigurd, el hermano de nuestro/a protagonista Eivor. Con vista en la búsqueda de un futuro mejor, los hermanos parten rumbo a Mercia, en la zona central del Reino Unido donde fundan el asentamiento de Raventhorpe. Desde allí, buscan crear alianzas con otros grupos tanto vikingos como sajones. En la búsqueda de estas uniones se centra gran parte de la trama, dentro del Gran Salón en Raventhorpe se encuentra la mesa de alianzas, donde elegimos con qué clanes o grupos queremos iniciar una relación para que se vuelvan nuestros aliados en la búsqueda de conquistar la isla.
Cada vez que decidimos empezar una alianza, comienza un nuevo arco narrativo, algunos tienen que ver con los hijos de Ragnar Lothbrock, otros con vikingos ya asentados que perdieron sus tierras y necesitan refuerzos para reclamar lo que les fue robado, los arcos son variados, y estos dos los comentamos para darles una idea de qué va el tema conseguir aliados. La narrativa en todos es súper fuerte, la forma en que nos narran la historia sigue igual que en Odyssey, con escenas al estilo The Witcher donde podemos escoger las respuestas según nuestro gusto, podemos ser benevolentes, arrogantes, despiadados, y cada decisión tomada tiene consecuencias en el futuro de la historia de Valhalla.
Pero las tareas por hacer no paran en este apartado, hay que hacer crecer el asentamiento de Raventhorpe, siendo nuestra labor usar los bienes obtenidos en los saqueos para construir edificaciones como cervecería, panadería, barracas, un muelle para cambiar el aspecto de nuestro drakkar, una tienda, espacio para tatuarnos, solo por contarles de algunos, ¡hay otros más!, casi todos nos ofrecen misiones secundarias para mantenernos entretenidos y conseguir experiencia. Me gustan estas actividades extra, no son tan aburridas como me hubiese esperado, cada nueva edificación tiene razón de ser (la panadería genera vitalidad extra al protagonista), y en el caso del del panadero, el side quest con él nos lleva a acompañarle a un puesto comercial a conseguir materia prima para el pan, dicho trayecto en bote resulta entretenido por la conversación amena entre Eivor y el panadero, un paseo relajante que de paso dejó un misterio abierto.
Junto con los sajones, bandidos, u otros grupos enemigos está La Orden. Son gente con mucho poder político, económico y militar, que busca hacerse con el orden mundial. Ellos están presentes en todo lugar, tanto en grandes puestos como reyes, hasta en los más lúgubre de los extractos sociales, y parte del tema del Credo de Asesinos se teje en este apartado, pues miembros del credo llegan a Escandinavia con Sigurd, nos entrenan bajo sus ya conocidas técnicas de asesinato y nos regalan la hoja asesina que todos conocemos. Este tema va un poco más allá, pero no quiero tocarlo mucho para no caer en algún tipo de spoiler por minúsculo que pueda ser. Para que el futuro del mundo conocido no se pierda, es nuestra labor eliminar a cada uno de los miembros de La Orden, pero dar con ellos no es sencillo, hay que recolectar pistas que vayan descubriendo las identidades de cada uno poco a poco hasta que damos con sus nombres reales y su paradero. Cada vez que ponemos fin a un miembro del grupo obtenemos un buen puñado de experiencia al tiempo que debilitamos su estructura.
La búsqueda de animales legendarios sigue presente, al terminar la construcción de la cabaña del cazador se nos habilita la posibilidad de hallar estas bestias endemoniadas de la naturaleza, osos, grandes alces, o un gigante oso acorazado de hielo; son once en total, repartidos por las diferentes zonas del mapa.
Un vikingo sin el necesario armamento no puede realizar conquistas gloriosas. Eivor es capaz de emplear armamentos muy variados, es hábil con lanzas, martillos, espadas, hachas, arcos, y claro, usa la hoja oculta como un maestro. Nuestro héroe es un dios de la guerra en Midgard, cercano al mismito Odín, su destino es brillante, y nosotros tenemos el control. Cada arma puede mejorarse en la herrería, con una suma mediana de materiales podemos subir el nivel a cualquier pieza de equipamiento, ya sean cascos, armas, armaduras, calzado, todo es mejorable, hasta pueden usar runas que le dan características extra a cada uno como elevar la probabilidad de daño crítico, aumentar la salud de Eivor, causar más daño con ataques de sigilo, entre otros.
Como es de esperarse, el árbol de habilidades sigue apareciendo, es enorme, aunque más que árbol de habilidades, viene a ser una manera de mejorar las aptitudes de Eivor más que una forma de desbloquear nuevas maniobras de combate, esto se da porque cada vez que subimos un nivel, nos dan dos puntos de habilidad que podemos usar para obtener una mejora. Estos cambios mejoran el nivel general de nuestro personaje, es como una manera más bonita e interactiva para asignar puntos de habilidad.
Las ‘Aptitudes’ por su parte, sí son una especie de movimientos especiales. Hay de dos tipos, de combate cuerpo a cuerpo, y a distancia. Estas se usan como una especie de ataque especial que aplica gran daño a los contrarios. Podemos descubrir nuevas aptitudes encontrando locaciones secretas al explorar o hasta en premios cuando eliminamos un enemigo de gran desafío.
El combate en general funciona súper bien la mayoría del tiempo, las contiendas 1 vs 1 son buenísimas, sobre todo cuando es una lucha a muerte contra un jefe, los golpes finales para dar muerte a los enemigos suelen ser sanguinarios, con mucha acción, decapitaciones, miembros volando, la cruel realidad de aquellos tiempos se representa en todo su ‘esplendor’. Pero algunas veces siento que necesita trabajo de pulido, suele haber situaciones con problemas de bugs cuando hay luchas numerosas, a menudo me cuesta determinar si un guerrero es aliado o no, otras veces al golpear a un enemigo haremos que se suba en una mesa o estructura, este NPC no bajará de la mesa, sino que seguirá luchando sobre la misma, lo que lo deja totalmente expuesto a nuestros ataques al no poder defenderse abajo de la cintura, en otras situaciones cuando vamos acompañados por un aliado, nuestro amigo puede literalmente estar frente a un guardia y este no lo verá, o podemos eliminar de un flechazo a alguien que está a la par de otro, y su acompañante ni lo notará a pesar de que están a menos de un metro de distancia. Este tipo de situaciones a veces me hacen pensar que lo mejor es ir a la carga sin mucho sigilo de por medio, pues de nada vale querer meterme en el rol de un asesino si el entorno no funciona de forma armoniosa con mi accionar; de igual forma lo que a mí me encanta es arrancar cabezas con mi hermosa hacha vikinga.
El apartado gráfico del juego es fenomenal, luciendo unos gráficos en su máximo esplendor con la fidelidad de los entornos que maravillará con sus paisajes. Un amanecer desde lo alto de una fría colina resulta una experiencia hermosa, llevar nuestro caballo al mínimo trote entre el estrecho camino de un bosque donde solo se escucha la naturaleza resulta muy relajante. Assassin’s Creed Valhalla regala en términos de inmersión, la experiencia que esperaba, un mundo vibrante, con mucho verde, edificaciones hermosas, ruinas romanas, demasiados secretos para descubrir, todo muy bien representado por donde quiera que miremos, la edad media me encanta, y poder recorrer los cuatro reinos en un caballo mientras encarno a un vikingo no tiene precio.
Se pueden mencionar muy pocos aspectos negativos de Assassin’s Creed: Valhalla, pero ya que lo mencionamos merece la pena hablar del tema de los NPCs bugueados, la inteligencia artificial en los enemigos, siendo el resto del juego es una obra de arte y ahora gracias a este título se puede visitar aquel tiempo de saqueos y viajes increíbles, forjar una historia con Eivor, conocer la gloria del guerrero más grandioso que llegaría al Valhalla, pero al mismo tiempo sentir la desazón de la traición.
Ubisoft hizo un gran trabajo en el balance del grinding, el tema de discordia en Odissey fue la cantidad de tiempo que un jugador debía emplear para alcanzar el nivel necesario que le permitía acceder a una zona del mapa o de la historia, al punto que se debía gastar dinero real en pos de conseguir paquetes de experiencia para lograrlo, ahora, es más fácil conseguir la experiencia que nos de acceso a la fuerza que requiere un punto del mapa o parte de la trama. Me gusta que escucharan a la comunidad.
En definitiva, Assassin’s Creed: Valhalla es un juego recomendadísimo para todos, ofreciendo un mundo abierto, historia aceptable con narrativa de calidad, jugabilidad que nos da a escoger si queremos un acercamiento sigiloso o acción, y un apartado visual atrapante, precioso. Asediar un pueblo fortificado con nuestros guerreros, usando un ariete para hacer pedazos las puertas de la muralla mientras nos llueven flechas de los costados es algo alucinante.